Directorio Legislativo



Con minorías en ambas cámaras, el próximo Congreso deberá afrontar su agenda legislativa con diálogo y consenso entre bloques




El 14 de noviembre la ciudadanía argentina definió la nueva conformación del Congreso de la Nación para los próximos dos años (2021-2023). En ambas cámaras del Poder Legislativo el Frente de Todos (oficialismo) será el bloque de mayor tamaño, pero no tendrá el quórum necesario para imponer su agenda legislativa. De esta manera se proyecta un Congreso en el que el diálogo con los sectores opositores será necesario, tanto para habilitar el tratamiento de proyectos de interés para el oficialismo (y la oposición) como para bloquear la agenda de dichos espacios.

A partir del 10 de diciembre (fecha en la que entrarán en funciones los legisladores electos), el nuevo Congreso tendrá dos grandes bloques en ambas cámaras. En Diputados, el Frente de Todos será la primera minoría con 118 bancas (dos menos de las que tiene en la conformación actual), seguido por Juntos por el Cambio con 116 (una más de las actuales). La cámara la completan 23 diputados de bloques minoritarios, entre los que sobresalen Avanza Libertad (con 5 bancas) y el Frente de Izquierda (con 4).

Por su parte, el Senado (en donde el peronismo perdió el quorum por primera vez desde la vuelta de la democracia en 1983) también deja un escenario en el que se medirán estas dos grandes fuerzas. El Frente de Todos será la primera minoría con 35 senadores y Juntos por el Cambio con 31. El espectro político en esta cámara lo complementan 6 senadores de otros espacios  

¿Qué dejaron las elecciones generales?

A nivel nacional, Juntos por el Cambio se impuso con el 39% de los votos, seguido por el Frente de Todos con 31%. Mientras tanto, la Izquierda se ubicó como tercera fuerza con el 5%, seguida por Avanza Libertad con el 4% y Hacemos por Córdoba y Vamos con Vos con el 2%. Además, los votos blancos, nulos e impugnados sumaron el 5%.

En términos de resultados electorales, el oficialismo perdió en casi todo el país. Solo pudo imponerse en ocho provincias. Los distritos en los que ganó el Frente de Todos fueron Catamarca, Chaco, Formosa, La Rioja, Salta, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán. A su vez, otro de los datos destacados es que en la provincia de Buenos Aires (la provincia de mayor cantidad de electores y tradicional bastión electoral del Frente de Todos) el oficialismo perdió, pero lo hizo reduciendo la brecha con la oposición. En Buenos Aires, la lista más votada fue la de Juntos por el Cambio. En las primarias del 12 de septiembre, este espacio había logrado una diferencia de 5 puntos sobre el Frente de Todos. En esta oportunidad, la distancia entre estos espacios se redujo (según el escrutinio provisorio) a un punto.

El día después a las elecciones en el Congreso

En el corto plazo, el oficialismo deberá afrontar dos grandes desafíos: en primer lugar garantizar la cohesión interna (evitar que la derrota electoral derive en un agotamiento político en que desgaste aún más al oficialismo) y además lograr los consensos necesarios con la oposición para avanzar con su agenda legislativa. 

Desde Juntos por el Cambio entienden estos resultados como un claro mensaje de la ciudadanía en rechazo a la gestión del Poder Ejecutivo. Esta situación se puede traducir en un estímulo para que el gran espacio opositor radicalice su posición para capitalizar políticamente su oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2023. 

Así, se espera que el nuevo Congreso sea abordado por un debate de coyuntura por los consensos para lograr las leyes futuras, pero también por una discusión a largo plazo pensando en cómo quedarán posicionadas las distintas fuerzas para disputar las elecciones presidenciales.

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