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Bolivia vota en medio de una crisis política y económica: ¿Se avecina el primer balotaje de su historia?




Este domingo 17 de agosto, habrá elecciones en Bolivia para elegir presidente y renovar la totalidad de las bancas de la Cámara de Diputados y el Senado. Las autoridades electas asumirán sus cargos el 8 de noviembre, con mandatos que se extenderán hasta el 2030.

El gobierno de Luis Arce llega al final de su gestión pero no va por la reelección. Y es que la crisis económica que atraviesa el país se combina con el enfrentamiento que mantiene con el ex presidente Evo Morales y que dividió al oficialismo. 

Aunque aliados en el pasado, la disputa entre Arce y Morales parece sin retorno. Una de las controversias centrales es la prohibición legal para que Evo se postule a un nuevo mandato. El Tribunal Constitucional había confirmado en 2023 y volvió a ratificar este año que la reelección indefinida en Bolivia no es posible (está permitida solo una vez y de forma continua, sin posibilidad de un tercer mandato, aunque sea discontinuo).

Sumado a este quiebre, la inflación interanual de Bolivia alcanza el 24,8%, el crecimiento económico fue de apenas 0,73% en 2024 y el país padece escasez de dólares, combustibles y productos básicos. En este clima de malestar social y protestas, la elección se perfila abierta e incierta y, por primera vez, el MAS-IPSP podría perder el control que mantiene desde 2006, abriendo una nueva etapa política en el país.

Principales candidatos

Las proyecciones indican que los candidatos conservadores Samuel Doria (Unidad) y Jorge Quiroga (Libre) llegarían empatados con alrededor del 22% de intención de voto, lejos del 50% necesario para evitar el balotaje. Por su parte, Andrónico Rodríguez (Alianza Popular), presidente del Senado y principal candidato del progresismo, enfrenta dificultades para consolidar el apoyo de su sector tras distanciarse de Evo Morales, quien llamó a una “rebelión democrática” promoviendo el voto nulo.

Si ningún candidato supera el 50% de los votos válidos -o el 40% con 10 puntos de diferencia-, el país podría celebrar el primer balotaje de su historia el 19 de octubre.

En el Congreso, ninguna fuerza alcanzaría la mayoría absoluta, y el MAS se encamina a su menor representación desde su fundación. Unidad, Libre y APB concentrarían gran parte de las bancas, con margen para impulsar reformas estructurales.

Con un electorado dividido, un Congreso fragmentado y una economía en tensión, Bolivia se prepara para una jornada electoral que podría redefinir el mapa político que se mantiene desde hace casi dos décadas. El resultado del domingo marcará no solo quién gobierne, sino también la forma en que el país enfrente los próximos cinco años.

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